Un padre pastuso envía a su hijo a estudiar al extranjero y al paso del tiempo le escribe el siguiente telegrama:
- Hijo, te extraño mucho, pues, dime qué prefieres, ¿que yo vaya a visitarte o vienes tu a Pasto?
El hijo le responde:
- Sí.
El padre envía otro telegrama y le pregunta:
¿Si, qué?
El hijo vuelve a responder:
- Sí señor.
Un pastuso en el correo:
- ¿Cuánto cuesta enviar una carta a Pasto, pues?
- Vale mil pesos, señor.
- ¿Y dos, pues?
- Le valen dos mil.
- ¿Y tres cartas?
- ¡Señor, le valen tres mil pesos!
- Entonces me va a costar mucho mandarle el naipe a mi mamá.
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